Orizaba, “lugar de aguas alegres”, despierta entre neblinas, campanas y aromas de café, custodiada por el coloso nevado del Pico que la vigila desde siglos atrás.
Orizaba, “lugar de aguas alegres”, despierta entre neblinas, campanas y aromas de café, custodiada por el coloso nevado del Pico que la vigila desde siglos atrás.